Se lanzó una campaña con la atención sobre la mirada masiva y homogénea que reproduce estereotipos femeninos en distintos ámbitos.

Es habitual, está naturalizado entre las mujeres mayoritariamente (aunque los hombres no están exentos) hablar sobre el cuerpo de las otras personas y estar pendientes de cómo luce tanto el cuerpo propio como el ajeno. A veces como elogio, otras tantas de manera peyorativa, pero siempre se hace referencia a cómo se ve. Si nos ponemos a pensar, generalmente cuando nos encontramos con alguien que hace mucho que no vemos nos sale decir ¡qué flaca que estás!, ¡qué linda! o che, ¿viste cómo engordo fulanita de tal? Sucede también que muchos de los apodos que usamos para nombrar, a veces cariñosamente, a las personas están relacionados con la corporalidad: el gordo, la petisa, el narigón, la flaca, la vieja o la culona son algunas de las expresiones más frecuentes. Pero nos pusimos a pensar ¿por qué hacemos hincapié en la fisonomía del otro, otra, otre? ¿Sucede con todas las personas de los diferentes géneros de la misma manera? ¿Afecta a todas por igual? ¿Qué define qué es gordo y qué es flaco? ¿Quién determina qué es lo bello y lo feo?

Desde Mujeres que no fueron tapa indican que la cultura masiva reproduce y construye estereotipos de género y mandatos, moldes que nos oprimen. Es a través de sus acciones, talleres, publicaciones y campañas que intentan derribar esta cultura que tanto mal hace a mujeres en primer lugar pero también a otras identidades. Este año, nuevamente Mujeres que no fueron tapa lanzó una campaña para hackear la operación bikini, pero…¿de qué se trata?

Cuando empiezan a llegar los primeros rayitos de sol de la primavera la industria de la belleza, la moda, la cosmética nos dice por la televisión, en la radio, en las revistas, en las calles que HAY QUE LLEGAR FLACAS AL VERANO , estar en forma, esto es delgadas, jóvenes, con la cantidad de tetas que sea correcta para ese momento y sin estrías ni arrugas, tengas la edad que tengas y para lograrlo debemos no solo consumir muchos productos sino también resignar muchas cosas que nos gustan, dan felicidad y generan placer como por ejemplo dejar d comer cosas ricas: decirle adiós a las harinas, los chocolates, los helados y todas las etc. El cuerpo que por el calor será descubierto debe mostrarse lo más delgado posible y para lograr esto además de no comer rico hay un abanico de operaciones, tratamientos, pastillas que te ofrecen para que accedas a esa felicidad que es entrar dentro de la norma hegemónica de la belleza: se flaca, pero con curvas, se joven, borra tus estrías y arrugas, muta, se otra, sé como la industria necesita: consumista a pesar de que eso signifique dejar de cuidar tu salud física y metal.

Este año la campaña hermana soltá la panza nos invita a llenar las redes sociales con imágenes de nuestras panzas para de esta manera mostrar y ver otras corporalidades existentes y empezar a soltar todas las opresiones que genera históricamente la cultura masiva con los estereotipos.

Tanto en facebook, twitter o instagram más de 1.1000 mujeres de todas las edades enviaron fotos y videos acompañados de sus experiencias que muestran la exigencia que recibimos desde nuestra infancia. «Hermana, soltá la panza» se propone llenar las redes sociales de panzas de mujeres reales este verano para «hackear el operativo bikini» y desarmar el mandato de llegar flacas y esculturales a los primeros calores para lucirse en malla. ¡Sumate vos también!

En el programa Feria Franca hablamos con Lala Pasquinelli, artista, abogada y responsable del proyecto Mujeres que no fueron tapa, sobre los estereotipos a los que nos vemos sometidas las mujeres, la cultura patriarcal y esta campaña #hermanasoltálaplanza que busca llamar la atención sobre la mirada masiva y homogénea que reproduce estereotipos femeninos en distintos ámbitos.

Podes escuchar la entrevista completa aquí:

María Laura Morales

Lic. en Comunicación Social con orientación en Periodismo (UNLP), Locutora Nacional de Radio y Tv (ISER), estudiante de Lic. en Letras (UBA).