No solo encontramos dificultades para acceder a los mismos puestos laborales que hombres varones cis, por lo general, sino también nos pasa que una vez que logramos llegar a ese cargo cobramos menos que un hombre quien posiblemente tiene la misma o menor formación que nosotras. Una concatenación de injusticias que nos deja – ubica en un lugar de desigualdad frente a los hombres. Pero esto no ocurre solo en nuestro país sino que en mayor o menor medida las mujeres y diversidades padecen la misma lógica excluyente en el mercado laboral en toda la región. Lograr equidad no sólo en la participación del mercado laboral sino respecto a las brechas salariales, porque también ocurre que los países que tienen participación de las mujeres en el mercado laboral tiene brechas salariales muy amplias.
«En América Latina en su conjunto hay casi un 22% de diferencia entre los salarios de los hombres y los de las mujeres, sobre todo en los ámbitos de mayores competencias y un 10% en los trabajos regulares. Se agudiza esto según el país: En Bolivia y Paraguay el empleo masculino volvió a la situación pre-crisis pero el femenino no lo ha hecho. En Paraguay hay un 10% de diferencia entre la recuperación de mujeres y varones, en Chile un 5%, en Perú casi un 4%. Esto permite pensar en las variables que tiene que ver con qué hace que las mujeres no accedamos de manera igualitaria a puestos de decisión», explicó Dolores Gandulfo, especialista en relaciones internacionales, miembro de la Red de Politólogas y Directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal).
En Argentina el 91,6% de las mujeres realiza trabajo doméstico y tareas de cuidado. Esto indica que casi la totalidad de las mujeres lleva a cabo esta tarea que como ya se sabe, no es amor, es trabajo no pago. La semana pasada la ministra Alcorta junto con el director del INDEC presentaron los resultados preliminares de la Encuesta de Uso del Tiempo.
«Tiene que ver con el doble rol que cubrimos en relación del trabajo no remunerado: Las mujeres mexicanas dedican casi 22 horas semanales al trabajo remunerado frente a 42 horas al no remunerado y los hombres a la inversa 44 horas que utilizan al trabajo remunerado y solo 16 horas al trabajo no remunerado», comentó Gandulfo.
La Encuesta del Uso del Tiempo se había realizado solamente una vez en Argentina y fue en el año 2013. Este dato también es significativo, muestra el interés o desinterés en abordar esta problemática para nosotras. En nuestro país entre octubre y diciembre del 2021 se realizó la encuesta en 28.520 viviendas de áreas urbanas. Este trabajo lo que busca es caracterizar la vida de personas de distintas edades y el tiempo que le dedican a las actividades que realizan dentro y fuera del hogar. Es muy importante y valorable que el estado realice estos trabajos porque tener información puede permitir trabajar para modificar las lógicas naturalizadas patriarcales a partir políticas públicas.
«Los nodos estructurales de la desigualdad de poder entre mujeres y varones tiene que ver con la desigualdad económica, la pobreza, patrones culturales, predominio de la cultura del privilegio y la división sexual del trabajo, todo eso hace que veamos retracción de la participación de mujeres y diversidades en toda la región», concluyó Gandulfo.
Escuchá aquí el análisis de Dolores Gandulfo en Radio Gráfica FM 89.3
Lic. en Comunicación Social con orientación en Periodismo (UNLP), Locutora Nacional de Radio y Tv (ISER), estudiante de Lic. en Letras (UBA).
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