Puede ser porque me gusta o me llama la atención la tapa, o puede ser por las primeras líneas, o por una recomendación, o algún comentario en las redes sociales, o conocer al autor, o haberlo leído o haber leído otro autor que recomienda ese libro, o que forme parte de una colección donde haya otros títulos que disfruté, o que lo edite una editorial que me genera confianza, que haya sido traducido por algún autor que me guste o que haya traducido a algún autor que me guste o que lo desconozca por completo y sienta que debo conocerlo. Los motivos por los que compro un libro pueden ser variado, hay tantos motivos que prácticamente no hay motivos para comprarlos, lo que lleva a que compre todos los que mi presupuesto permite.
Este sistema pulsional me lleva a conocer muchos textos y sorprenderme seguido, el primer libro de Mariana Travacio que leí fue “Como si existiese el perdón” editado por Metalúcida y lo que me llevó a comprarlo fue que era de una editorial que desconocía pero que por algún motivo suponía que debía haber elegido bien a sus autores, la sorpresa al leerlo fue encantadora: un western, una road movie de acción, aventuras, sentimientos ocultos, venganza, búsqueda, todo eso y más en el marco árido de la geografía pampeana (o al menos esa sensación me dio). Tiempo después curioseaba una librería pequeña en el barrio de almagro y me crucé una edición de cuentos de la misma autora editado por Baltasara editora, de Rosario; sentí que me encontraba frente a un incunable, conseguir ediciones del “interior” en plena capital era una rareza, además de una autora que ya había leído y disfrutado, obviamente el libro se fue conmigo, la lectura de sus cuentos fue veloz y placentera. Los motivos son variados y contradictorios a veces. Encontré una edición de cuentos (otros) esta vez en una editorial grande, española, prestigiosa, fetiche: Tusquets, con una hermosa tapa además y en la colección más elegante del sello (Andanzas), evidentemente también se fue conmigo. Este año encontré un nuevo libro de la misma autora en la misma colección y como ya había leído los anteriores ni siquiera dudé. La novela anterior sucedía en un ambiente rural, los dos libros de cuentos son más bien urbanos, de modo que no sabía con qué me podía encontrar. Lo que encontré fue una novela nuevamente rural donde su personaje principal, una adulta mayor, abandona su territorio, su casa, su marido, para conocer el mar que le dijeron que estaba a tiro de caminata. Ese recorrido, esa novela, una búsqueda, una mujer, un hombre, un hijo, un hermano.
Después de un recorrido tan variado, que fue desde lo estético al fetiche, al menos me queda claro que el próximo libro de Travacio que lea, no será por aquellos motivos, sino tal vez por el más importante y es que los suyos son libros que permiten un dialogo entre el lector y el texto, interpelar algunos aspectos propios y ajenos, escuchar otras voces.
El lujo que me puedo dar al aire es charlar con algunas personas, hablamos con Mariana Travacio sobre la escritura de cuentos y de novelas, sobre la importancia del oído y la atención para poder escribir, sobre procesos de escritura y de lectura y también de paso recomendaciones de libros y sobre si se escribe sabiendo o para saber.
Escucha la entrevista con la autora del libro de Megafón radio aquí
