Facundo Guerrero, el único imputado por el femicidio de Ana, pidió declarar en el juicio.

En la sala virtual 58 del Poder Judicial de Tucumán, continúan las audiencias del juicio contra Facundo Guerrero por la muerte de Ana Ríos. En su declaración Facundo sostuvo, una vez más, que la muerte de Ríos fue por suicidio. Al finalizar su declaración se dará lugar a los testigos del caso para que den su testimonio.

Ana era una joven jujeña de 26 años, estudiante de veterinaria, trabajadora en bar. Perdió la vida días después de que la tiraran por el balcón del departamento de su novio. La historia de Ana estuvo signada por la violencia de género ejercida por parte de quien fuera su pareja durante 7 años, Facundo Guerrero, “Ella tuvo un historial de violencia de género por parte de Facundo, violencia que ella llega a denunciar en el año 2016, cuando tienen un episodio muy violento, en el cual Facundo la empuja por las escaleras de un departamento de un amigo. La saca del edificio de los pelos y la arrastra por la calle de esa manera, siendo visto justamente por las personas que estaban en la calle en ese momento”, contó a Rescoldo Vanessa Zanacchi abogada de la familia de Ana, que los representa en el juicio.

Los hechos de violencia fueron denunciados en 2016 y dicha acusación se sumó al expediente por el femicidio de Ana que sucedió en 2018.

El tribunal encargado de impartir justicia está integrado por la Dra. Arce (Pta.), el Dr. Prado y la Dra Alicia Freidenberg. Tanto Prado como Freidenberg votaron prescribir la causa de lesiones que había sido unificada a la de homicidio. Finalmente, Guerrero fue absuelto por los hechos de violencia (que sentaban precedentes de la violencia ejercida) no por no ser responsable sino por prescripción de la causa. Una vez más los tiempos de la justicia juegan un rol determinante en la vida de las personas que sufren violencia de género, tan sólo por no atender los reclamos o mover las causas.

El juicio oral que se está desarrollando en Tucumán, al que los medios accedemos vía Zoom, pudimos ser testigos de las solicitudes por parte de la Dra. Freidenberg que evidencian la falta de perspectiva de género en sus decisiones y su accionar al solicitar que se recorten los más de 50 testigos que tiene por presentar la querella. Se basa en lo que se llama “derecho penal duro”, son pruebas directas donde no hay ninguna duda de que esa persona es culpable, básicamente quiere saber si hay testigos de que ella fue empujada o no. Los casos de violencia de género no pueden ser juzgados de esa manera, porque justamente, este tipo de violencia se da en un ámbito de privacidad, donde solamente está la víctima y el victimario.

Las organizaciones feministas no tardaron en denunciar públicamente lo sucedido en Tucumán, reclamando una mayor perspectiva de género que es obligatoria para los magistrados para todo el estado argentino en los casos de violencia de género, porque Argentina firmó tratados de carácter internacional de protección a la mujer.

En los casos de violencia de género, los funcionarios están obligados a juzgar con una mirada de perspectiva de género y esto significa tener flexibilidad en la cuestión de las pruebas porque la violencia de género cómo se da en el ámbito de la privacidad, donde solo hay dos personas y para agravar la situación una de las partes muere la otra vive y cuenta solo su verdad.

“Los fallos y sentencias que han juzgado casos de violencia de género, no pueden ser aplicados sin la perspectiva de género, es decir, hay que entender que la mujer es la víctima en los casos de femicidio y que seguramente hay cuestiones de vulnerabilidad previa”, sostuvo la letrada.

Aldana Barrionuevo

Lic. en Comunicación Social con orientación en Periodismo (UNLP), Locutora Nacional de Radio y Televisión (ISER)y Community manager.