"Reivindicamos y acompañamos a las trabajdoras de casas particulares en la lucha por la revalorización de sus derechos"
“Reivindicamos la palabra doméstico y a las trabajadoras en casas particulares y las acompañamos en su lucha por la revalorización de sus derechos” (1)

En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora las trabajadoras piden por el reconocimiento y valorización de la tarea que realizan a diario.

“Hace setenta años, Eva Perón, en su libro La razón de mi vida, en un artículo que se llama Una idea, menciona que, a las mujeres y como los pueblos, si no son económicamente independientes, no se les reconoce derecho”. Así comienza la charla con María Lucila “Pimpi” Colombo, secretaria general del Sindicato de Amas de Casa de La República Argentina (SACRA) quien lleva a adelante la lucha por el reconocimiento de los derechos de las amas de casa.

En Tucumán un 12 de marzo del año 1983, se retomó la idea de Evita y se formó el Sindicato de Amas de Casa. La lucha que planteó en un inicio Evita se formalizó con la creación de un sindicato que alzó la bandera de la lucha de todo un sector olvidado. El reconocimiento del trabajo cotidiano de millones de mujeres, para que se reconozca como un trabajo las actividades que realizan dentro del hogar, por un salario para las amas de casa.

“Nuestra bandera fueron y son salario, jubilación, sindicato y obra social para las amas de casa. Parte de eso vamos consiguiendo cosas. Algunas de ellas son parciales. Todavía estamos batallando para que se considere cuando se habla de tareas de cuidado, se reconozca, se comprenda, que la tarea de cuidado que ocurre de manera permanente en todos los hogares es la que hacemos las amas de casa, el reconocimiento formal de ese trabajo implicaría construir básicamente una sociedad con equidad, con justicia social», expresa Colombo en díalogo con Rescoldo.

Como describe Mercedes Alessandro en su libro Economía Feminista, la cuestión del trabajo doméstico es que además de ser no pago históricamente se le impuso a la mujer ejércelo como una obligación, la asimetría en la distribución del trabajo doméstico es una de las mayores fuentes de desigualdad entre varones y mujeres.

Esta cuestión de la desigualdad en el trabajo doméstico también lo hace visible Colombo y refiere: “Lo que ha resultado mucho más costoso es que los varones se hagan cargo, se apropien, se adueñen, se sientan cómodos en el mundo de lo privado, en el mundo del hogar, en el mundo de los afectos. Algunas cosas van cambiando, pero todavía estamos lejos de que eso pueda considerarse que está compartido de una manera más equitativa” refiere la secretaria gremial.

Desde el sindicato de amas de casa sostienen que también se debe complementar con políticas públicas, de generación de derecho de servicio que permitan mayor desarrollo para la ama de casa, “por ejemplo algo en lo que todavía estamos tan atrasados es que haya servicios para que nuestros hijxs pequeños estén bien cuidados y nosotras podamos ejercer o desempeñarnos en lo que necesitamos o que queremos. Faltan centros de cuidado infantil, por ejemplo, es indispensable también que el ámbito de lo privado se involucre en eso” sostiene la sindicalista.

Las diferencias que aún existen entre los hombres y las mujeres también se hacen presentes en una simple entrevista de trabajo, lo que a la larga se traduce en la posibilidad o más bien en las dificultades de acceder a un empleo para las mujeres.

“Hoy por hoy, todavía una mujer tiene que rendir cuentas cuando va a conseguir un empleo sobre si tiene hijos o se está por casar, algo que no le pasa jamás a los varones, porque se da por sentado que el varón no se va a tener que ocupar de eso”, hace hincapié María, dando el espacio para repensar la idea ya instauradas de que los trabajos domésticos deben recaer sobre la figura de la mujer.

“Por otro lado, la discusión respecto del trabajo doméstico que, si es remunerado, el trabajo en casas particulares, hay una especie de prejuicio al decir doméstico como algo desvalorizado. Nosotros reivindicamos mucho la palabra doméstico y en ese sentido, a las trabajadoras en casa particulares, trabajadoras domésticas, las acompañamos mucho en su lucha por la valorización, el reconocimiento legal, el reconocimiento económico, reconocimiento de derechos por el trabajo que esas mujeres y algunos varones hacen en él”, afirma Colombo

Desde el sindicato se trabajó para que se promueva la contratación de una empleada doméstica dentro de los marcos legales de trabajo, con todos los requisitos y los recaudos para que una ley las ampare.

Siempre se habla y se usa la palabra invisible para referirse al trabajo doméstico, al trabajo en el hogar. ¿Por qué invisible?, hacer visible ese mundo, hacer visible esa riqueza y el valor que tiene el cuidar la familia sea propia o de otrxs.

“Para lograr un trabajo con dignidad y reconocimiento de derechos, hace falta una mirada que incluya lo privado en el hogar, lo privado de las empresas lo público del estado, las políticas, los servicios como un sistema y ese sistema debe fundarse en la justicia social. No puede haber justicia social si no hay equidad entre los distintos participantes de esa sociedad”, concluyó María.

El tema es reconocer que sin el trabajo que hoy realiza una ama de casa, la sociedad pierde su piedra fundamental, es una tarea indispensable para toda la vida social y la base sobre la que se levanta la actividad económica cotidiana.

2022-03-09 18:00:00
Categoría: Trabajo
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